miércoles, 4 de noviembre de 2009

Concepto de belleza según Frank Gehry

En primer lugar, hay que establecer el contexto social de este autor para así definir mejor sus influencias. Frank O. Gehry nació en Toronto, Canadá, en 1929. Aun así, no fue en este país donde empezó a ejercer como arquitecto, sino en Estados Unidos, en la ciudad de Los Ángeles más concretamente. Allí abrió su primer y modesto estudio en 1962 y desde un principio el carácter visual de la ciudad dejó una profunda huella en su trabajo. Muchas de las cosas que allí se ven -los bungalós de estuco, las vallas de tela metálica de las casas, los vistosos azulejos de colores de inspiración española, las palmeras ondeando al viento y el movimiento e inmensidad del Océano Pacífico- pasaron a constituir desde entonces elementos esenciales de su arquitectura. Antes de abrir este primer estudio en 1962, estuvo el año anterior viviendo en París con su familia, y en esta ciudad también recibió numerosas influencias, sobre todo del arquitecto Le Corbusier, cuyas obras estudió junto a otras de variados arquitectos europeos.

Una vez establecidas las influencias más importantes de Frank Gehry, nos centraremos en la idea que él tiene de belleza, que consideramos que se deduce de las características de sus obras, ya que un arquitecto-diseñador creará cosas que él considera bellas.

En primer lugar, y refiriéndonos a su arquitectura, hay que destacar que este autor considera a los edificios como obras de arte por ellos mismos, como si fuesen esculturas. Siempre teniendo en cuenta además la funcionalidad y el sentido práctico que un edificio debe tener y la importancia que la gente tiene respecto al mismo. Asentada esta base, las obras de Frank O. Gehry buscan además cierto mimetismo con el paisaje, desde el punto de vista que no quieren ser obras puestas en ese escenario sin más, sino que quiere que el paisaje y el edificio se complementen uno al otro. Aún así esto no significa que los edificios sean simples o convencionales, sino todo lo contrario. Su arquitectura es impactante, realizada frecuentemente con materiales inacabados. En un mismo edificio incorpora varias formas geométricas simples, que crean una corriente visual entre ellas. Debido a esta contraposición de formas, muchas veces el ojo experto será capaz de valorar el trabajo que una persona con menos conocimientos.

Si nos centramos en su labor como diseñador, recibe influencias sobre todo de Charles y Ray Eames, especialmente respecto al mobiliario. En este aspecto, sus diseños trabajan con materiales que normalmente no asociamos a estos objetos. También las formas son importantes y chocan con las concepciones que tenemos, ya que juega con curvas y planos que se intersecan de formas inesperadas.

Respecto a la imagen mostrada a la izquierda, es una pieza de mobiliario que no pertenece a Frank O. Gehry, sino a Dripta Roy, pero que si se podría encuadrar en su concepto de belleza debido a ese juego con planos curvos, a la vez que está dotada de una gran funcionalidad. Esta funcionalidad viene definida por la combinación de cuatro piezas de mobiliario en una sola. Para ejemplificar esta correspondencia en la idea de belleza, acompañamos con otra silla (foto más arriba), esta vez diseñada por Frank O. Gehry, dejando claro la similitud de conceptos de ambas piezas.

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